Si este perfume de la casa Guerlain tiene el nombre del famoso “Ladrón caballero” francés entonces debe de ser algo elegante: y lo es, gracias a sus acuerdos maderos, balsámicos, picantes calientes, amargos, pachulíes y ahumados (este último es una novedad: quizás no debería haberse incorporado pero parece que no se hace notar demasiado).
Siguiendo la tendencia clásica, al ser un perfume para hombre, esta fragancia encaja con un trasfondo otoñal e invernal como también encaja con una atmósfera diurna y nocturna.
En su composición encontraremos notas de bergamota, de naranja amarga, de pimienta rosada o de sándalo.
Como hemos dicho antes, la casa que ha creado este perfme es Guerlain; se trata de euna casa francesa (si sacan un perfume con el nombre de Arsene Lupin ya es una pista importante) que se encuentra en las más antiguas del mundo (fundada en 1828) y que se adelantó a la casa Hermes (aunque ellos inicialmente no se dedicaban a la cosmética y no entraron en ella hasta el siglo XX) y tiene su sede en Levallois-Perret.
Su gran éxito vino en 1853 con la creación de su Eau de Cologne Impériale para el Emperador Napoleón III y su esposa la Emperatriz Eugénie: se ganó el mérito de ser el perfumero de la corte y vendió perfumes a otras realezas europeas (las reinas Victoria e Isabel II de Inglaterra y España entre las destacadas por ser los vecinos más cercanos).
El negocio ha sido continuado por los descendientes y siempre ha perseguido mejorar la calidad de sus productos además de innovarse para satisfacer a su altamente exigente público.
En su composición encontraremos notas de bergamota, de naranja amarga, de pimienta rosada o de sándalo.
Como hemos dicho antes, la casa que ha creado este perfme es Guerlain; se trata de euna casa francesa (si sacan un perfume con el nombre de Arsene Lupin ya es una pista importante) que se encuentra en las más antiguas del mundo (fundada en 1828) y que se adelantó a la casa Hermes (aunque ellos inicialmente no se dedicaban a la cosmética y no entraron en ella hasta el siglo XX) y tiene su sede en Levallois-Perret.
Su gran éxito vino en 1853 con la creación de su Eau de Cologne Impériale para el Emperador Napoleón III y su esposa la Emperatriz Eugénie: se ganó el mérito de ser el perfumero de la corte y vendió perfumes a otras realezas europeas (las reinas Victoria e Isabel II de Inglaterra y España entre las destacadas por ser los vecinos más cercanos).
El negocio ha sido continuado por los descendientes y siempre ha perseguido mejorar la calidad de sus productos además de innovarse para satisfacer a su altamente exigente público.
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